BARÚ 2030

Una propuesta para pensar y consolidar un camino de transformación para la isla de Barú en el que las comunidades, fundaciones e instituciones actúen con una visión compartida de futuro y de lo que hace falta para lograrlo.

Esa es  la esencia del proyecto Barú 2030, que ya está caminando y para el que la Fundación Santo Domingo y el Grupo Argos buscaron el apoyo de Detonante, cuya metodología puede ayudar en esa meta de generar un impacto colectivo con la comunidad y los aliados del territorio.

La génesis de Detonante comenzó en las difíciles condiciones de El Salado, en nuestro departamento de Bolívar, marcado por la masacre del año 2000. 

El trabajo social, comunitario y cultural, junto con la reconstrucción de las condiciones materiales en El Salado llevó a María López, la fundadora de Detonante y a varios de sus aliados a estructurar la metodología y esa manera de hacer las cosas para crear un impacto colectivo en otras comunidades del país. Tumaco, el Magdalena Medio y particularmente Quibdó han visto los beneficios de este modelo.

¿Cómo se ha expresado eso en el naciente proceso en Barú? Nos lo explica Claudia Rodríguez, quien trabaja en el área de Innovación social de Detonante y es la gerente de proyecto.

“El impacto colectivo es una forma de trabajar conjuntamente, diferente a una alianza tradicional; es una metodología que parte del principio de oír las necesidades de la comunidad y de todos los aliados. Ahí se empiezan a entender las problemáticas en el territorio; estas se priorizan y se desarrolla una agenda de los cambios que realmente se necesitan, enfocada en unos temas clave que ‘detonan’ esos procesos”, explica Claudia. 

“Creemos y hemos visto que ese trabajo entre todos es el que realmente puede generar un impacto fuerte y un desarrollo poderoso hacia el futuro”, dice. 

Pasa muchas veces en estos procesos sociales: cada institución, iniciativa o grupo aporta lo que en su entender puede o debe hacer, sin mirar demasiado lo que hacen los demás. Resulta más efectivo y transformador mirar qué pueden hacer mejor juntos, sin solaparse, potenciando los esfuerzos de todos y, principalmente, con un acuerdo de cuáles acciones son las que resuelven más y mejor los problemas.

El proyecto tiene tres etapas. “La primera la llamamos, la fase del descubrimiento que se hace mediante el levantamiento de la información, entrevistas, el entendimiento de las situación del territorio y de los actores claves a la comunidad”. 

Esa primera fase ya se cumplió en Barú. “Tuvimos reuniones con las cuatro comunidades: Barú, Santa Ana, Ararca y Playa Blanca; con las asociaciones de pescadores, agrupaciones culturales, líderes sociales y, por supuesto, con los Consejos Comunitarios y Juntas de Acción Comunal. Escuchamos sus análisis y propuestas sobre qué podríamos trabajar que detonara el desarrollo de Barú y significase un cambio fundamental”, cuenta Claudia.

Esa consulta también incluyó a las fundaciones, los aliados privados, las instituciones oficiales, los estudios y todo aquello que ayuda a entender  las diferentes problemáticas y a priorizar los campos de acción y solución.

“Fue un proceso maravilloso, trabajando con todos los aliados siempre en círculo, que es un excelente símbolo del trabajo en conjunto, con la misma voz para cada quien. Es un espacio para oírnos y construir confianza, y a raíz de eso se decidió que la agenda común va a estar centrada en tres fenómenos principales”. Esos frentes son:

  • Educación para el progreso, que realmente genere herramientas para que haya mejores empleos, emprendimientos, para que las personas y la comunidad tengan acceso a mucho más desarrollo; y también involucra mejorar la calidad educativa. 
  • Liderazgo comunitario para potenciar lo que ya existe en unas comunidades fuertes y con mucha historia.
  • Construir con el estado en temas claves como los servicios públicos y su presencia mucho más tangible en el territorio.

La segunda fase es la agenda común que se está finalizando y resulta de todo lo anterior, para proponer una visión constructiva.

La tercera etapa es el plan de acción, las estrategias y la estrategia de comunicación, que en este proceso resulta clave.

En ediciones siguientes desde La Barulera contribuiremos en profundizar en cada uno de los tres frentes de trabajo y, en general, en contar los avances de Barú 2030.

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