NUESTROS JUEGOS TRADICIONALES

¿Qué jugaban nuestros mayores en su infancia, cuando no había electricidad y las calles eran de tierra? ¿En qué se parecen o diferencian con la actualidad? ¿Cuáles juegos están en riesgo de perderse? Un ejercicio de memoria y tradición.

La Corporación Deportiva Real Star fomenta la práctica deportiva, recreativa y de actividad física en las comunidades de la isla de Barú. En ese marco han estudiado lo que se juega en la isla y lo han caracterizado en tres categorías, según nos explica Luis de Avila, su director de programas.

Juegos convencionales

“Son aquellos juegos y actividades deportivas practicados a nivel global y que hacen parte del deporte universal, que la comunidad de la isla adopta de una u otra forma. El primero es el sóftbol que se practica más entre hombres y mujeres adultas y se ha vuelto un espacio para que las comunidades se conecten y se integren en familia”.

El fútbol, un escalón abajo en popularidad, lo practican principalmente jóvenes y ha tomado auge la modalidad femenina.

El tercero es el canotaje, por ser territorio con muchos cuerpos de aguas. “Los pescadores, principalmente, lo han tomado como un formato recreativo y deportivo para competir en fiestas y actividades tradicionales”.

Juegos tradicionales 

“Son aquellas actividades que si bien no son propias de la identidad o la idiosincrasia local sí se desarrollan tradicionalmente en el territorio regional o nacional. Por ejemplo el bate tapita, la bolita de caucho, el juego callejero de bolitas, la peregrina, el “concli”; que es un juego con pelota en la que un jugador debe tocar o ponchar a todos los demás antes de que lleguen a la meta”.

Juegos ancestrales

“Son los juegos autóctonos que desde los abuelos y ancestros se han practicado dentro del territorio y que se pueden perder. Están, por ejemplo, el juego de pesca marina, donde  los muchachos y los abuelos compiten por el que más cantidad de pescado consiga o el pez más grande; también el juego de naves en aguas abiertas”.

Por supuesto hay una competencia cotidiana entre los distintos tipos de juegos y en las nuevas generaciones de estos con las pantallas de los celulares y otros intereses de esparcimiento.

Con el  Colectivo de Comunicaciones Cocosabara nos dimos a la tarea de preguntarles a los abuelos sobre los juegos de su infancia y este fue el resultado.

De su infancia Ángel Julio Cardales recuerda el juego del avión, que se pintaba en el piso y a brincos había que superarlo y tocar siempre la ‘teja’ si no se perdía. También la bolita de caucho, que es nuestra versión callejera del béisbol, con su bateador, sus bases y las bolas hechas manualmente. “Una vez estábamos jugando en el Barrio Abajo y un jugador bateó  un ‘foul’, que le pegó en toda la boca a un espectador que estaba mirando para el cielo”.

Eleidis Torres Puello es más joven. A sus cuarenta y un años lo que más recuerda es jugar al escondido, con el habitual conteo del jugador de turno mientras los demás se ocultan. Luego debe buscar uno por uno, llegando antes que ellos al poste. “Por estar jugando un día al escondido me iba a volar la cerca, pero se me quedó el ‘mocho’ enganchado en un palo y se me descompuso el brazo”. 

Ana Clara Rebollo recuerda sus tiempos de jugar a tapita: hacer la pila de tapas de gaseosa, tirar la bola y salir corriendo. Luego la maroma del equipo para armar de nuevo la pila antes de que las poncharan. También, por supuesto a la peregrina, con la raya grande y las tejas de cada jugadora, hasta hacer ‘cacao’. 

Reinaldo Torres Díaz recuerda que se jugaba mucho en la calle: la tablita, la tapita y el béisbol con bolita de caucho, pero a él siempre lo llamó más el monte. De la tablita recuerda que se jugaba con monedas que se ponían sobre la madera jugando al cara o sello después de pegarle un golpe a la tablita. 

Sammy Salas recuerda que tuvo “una infancia tranquila, de salir a  pescar, molestar en el mangle, bañarse en el puerto; una infancia de jugar velillo, tirar bolita y elevar barrilete. Había una modalidad que era el velillo caliente, que consistía en azotar la cuerda lo más rápido posible para que la gente saltara lo más que pudiera, pero eso cansaba bastante”. También recuerda jugar a las lanchitas, que improvisaban con las flores moradas de una planta específica y que tenían esa forma.

Alberto Elías León recuerda que su calle en Barú se llenaba de agua “y nosotros jugábamos aquí en la marea con las canoas chiquitas que hacíamos con balsas y una vela de papel”.

Otros juegos en Cartagena

No todos hacen parte de la tradición barulera pero quizás alguien los haya jugado alguna vez; varios son de tradición en Tierrabomba.

  • La penca escondida
  • Velillo o cuerda 
  • La lleva
  • Los encostalados
  • Gallina ciega
  • La cuarta
  • Trompo
  • Yoyo
  • Lotería
  • El cuco
  • María Mandunga
  • Las chinas o cabalongas
  • El ‘quemao’
  • A pata pelá

Nota con reportería del Colectivo de Comunicaciones Cocosabara:

Eleidis Castaño, Jessica Coneo, Melanie Julio

Posted in

La Barulera

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